Con cerca de 50 años dedicado a las artes visuales, a momentos me ha tocado encerrarme a trabajar en mi mesa, en soledad, obras de pequeño formato, y a ratos en talleres inmensos, con maquinaria gigante, con muchas manos sabias y laboriosas, contribuyendo a manejar pesos y volúmenes imposibles para un solitario creador. Ha sido un largo camino hasta acá, algunas veces duro, con carencias, pero siempre satisfactorio y gratificante. Para mí, el arte se trata de crear y ser feliz haciéndolo. Creo que a ratos lo he logrado.